Al comenzar 1927 volvía a resurgir el fútbol que «con tanto entusiasmo y acierto» volvía a presidir Tirso Seriola. En esta época el Ilumberri tendría muchos problemas para alinear a sus titulares habituales ya que muchos de ellos se encontraban en la mili, estudiando fuera o atendiendo sus propios trabajos, lo que les impediría jugar con su equipo.
El Club no pasaba por sus mejores momentos pero la Directiva, muy entusiasta, trataba de animar a los vecinos para que apoyaran al Club. En ese momento tenía 20 socios y sacaron un anuncio para que el que quisiera, por 30 céntimos al mes, se podía hacer socio.
La Directiva seguía trabajando con ahínco. Buscó una nueva sede para el Club eligiendo el Café-Bar de Pedro Rebolé, cercó el campo de fútbol con una valla para que los aficionados no invadieran el terreno de juego y para que los propietarios colindantes no utilizaran el campo para apacentar animales y así evitar que se hicieran hoyos.
En este período la mayoría de los partidos los disputaría contra equipos de la zona. Estos primeros enfrentamientos marcarían un hito en el inicio de las relaciones con estos clubs vecinos a los que tantas veces nos hemos enfrentado.
Peña Sport de Sangüesa. Nuevo equipo creado en la vecina Ciudad ese mismo año. Cogía el relevo del Plus Ultra. El primer partido se jugó el 06/02/1927 en Sangüesa y perdió por tres a cero, con polémica con el arbitraje. El 13 de febrero se enfrentaron en el Lardín y empataron a tres.
C.D. Urralongui. Club creado por los valles de Urraúl y Lónguida y formado por jugadores de Artieda y Aós, principalmente. El domingo 3 de abril de 1927 jugaron su primer partido en Lumbier venciendo los del valle por dos a tres contra todo pronóstico. El 8 de mayo les devolvería la visita en un partido jugado en Artieda, venciendo el Ilumberri por cero a tres.
C.D. Urroztarra. El primer partido se jugó en Urroz el 22 de mayo y los de Lumbier salieron derrotados por dos goles a uno. En el partido de vuelta celebrado el 16 de junio en el Lardín el resultado fue de empate a uno.
C.D. Aibarés. El 25 de julio de 1927, día de Santiago, el Ilumberri viajó a Aibar para enfrentarse al Club Deportivo Aibarés, equipo recién creado en la vecina localidad. En el D.N. del 31 de julio de 1927 se relataba así: “Los Aibareses se habían esforzado mucho para crear un Club Deportivo y conseguir un campo de fútbol donde poder practicar este deporte tan de moda. Los pueblos de la zona hacía unos años que ya disfrutaban de este nuevo deporte y los de Aibar no podían ser menos. Llegó el gran día de poder comprobar hasta dónde se puede llegar con entusiasmo”.
El partido se jugó en el campo “Juntoapeones” y acabó con empate a dos goles. Terminado el encuentro los jugadores y aficionados disfrutaron de un “piscolabis” y un baile. Llegada la hora de volver los jugadores de ambos equipos se despedían entre mutuos vítores, destacando el buen ambiente.
El 15 de agosto el Aibarés nos devolvería la visita. Los aficionados de Aibar vendrían en un autocar con un cartel en el que se podía leer: «El C.D. Aibarés saluda a Lumbier». Ya en el terreno de juego el club lumbierino se impondría por cuatro goles a dos en un partido jugado con gran deportividad y en un ambiente de sana cordialidad entre los dos equipos.
A partir de octubre comenzaría el Campeonato Navarro de Clubs no Federados en el que el equipo tendría una brillantísima actuación quedándose campeón.
Este campeonato disputado entre 1927 y 1928 supondrá, sin duda, un salto muy importante en el plano deportivo para el Club Deportivo Ilumberri y el primer gran éxito deportivo de su historia.
Durante este período la proliferación de clubs de fútbol fue muy notable en toda la provincia y la falta de una federación propia y específica para este deporte dificultaba la organización de competiciones. Los pocos equipos navarros federados competían en la Guipuzcoana. Como alternativa se venía trabajando en la creación de una Agrupación de Clubes no Federados para asociarlos. Como fruto surgió la organización de este campeonato, donde todos estos clubs no federados podrían jugar entre ellos. El Unión Club Pamplonés sería el promotor de este torneo y su presidente, Eugenio García, el alma del mismo.
A la vez que los jugadores lumbierinos se preparaban para este campeonato, Tirso Seriola haría gestiones para reforzar el equipo, consiguiendo tres fichajes: Feliciano Olazarán , pamplonés que ya había jugado con Osasuna; Antonio Erro que, aunque llevaba un tiempo sin jugar, había actuado como federado en el Lagun Artea de Pamplona y Jesús Labiano, estos dos últimos eran de Villava. Más adelante se incorporarían el pamplonés Ignacio Blasco y el villavés Jacinto Meca que ya nos había representado en el Campeonato Navarro de Pelota a mano allá por 1925. A las ganas y ánimo de los «bisoños» jugadores locales se unía la experiencia de estos jugadores acostumbrados a tomar parte en partidos de campeonato.
Para tomar parte en el campeonato, los equipos deberían abonar antes del inicio una cuota de 25 pesetas y cada uno de ellos podría contar con 20 fichas, las quince primeras se debían presentar al inicio del campeonato y las otras cinco se debían enviar, en tiempo y forma, una vez comenzado el mismo.
Finalmente serían doce los clubes que tomarían parte en el esta competición tras la renuncia, una vez hecho el calendario, del Aurrera de Liédena. La primera fase se jugaría por distritos, distribuyendo a los participantes en cuatro grupos de tres equipos cada uno. El sistema de competición elegido sería el de liguilla. El grupo de Aoiz lo compondrían el Ilumberri, la Peña Sport de Sangüesa y el Derroche de Aoiz.
Desde el principio de campeonato los equipos de Lumbier y Sangüesa se destacaron sobre el de Aoiz. El partido de la quinta jornada que se disputaría en el Lardín entre la Peña Sport y el Ilumberri sería el que decidiría el campeón del distrito. En Sangüesa habían empatado a uno. La expectación levantada en ambas localidades fue máxima y la afluencia al campo de ambas aficiones masiva. El resultado final, tres a cero a favor de los de Lumbier, dejó clara la superioridad del C.D. Ilumberri en la liguilla.
Faltaba por jugarse el último partido en Aoiz, si ganaba el Ilumberri se proclamaría campeón. Los de Aoiz molestos por los refuerzos con los que jugaban los equipos vecinos, ya sin opciones, decidieron enfrentarse a los de Lumbier reforzados por varios jugadores federados que no estaban inscritos para este campeonato. El resultado final, seis a uno a favor de los agoitzkos, fue intranscendente ya que el Comité les dio por perdido, proclamándose el C.D. Ilumberri campeón del distrito y ganándose la clasificación para la ronda de semifinales.
Las semifinales. El nuevo año 1928 comenzaría jugándose las semifinales de este campeonato. Los respectivos Clubs campeones de cada distrito se emparejarían de la siguiente forma:
U.C. Pamplonés – Acero de Olite C.D. Ilumberri – C.A. La Navarra
El partido de ida en el Lardín. El Ilumberri se preparaba muy en serio para encarar esta semifinal. Enfrente tendría al Club Atlético La Navarra, del cual afirmaba el cronista local Goyam (Mario Imízcoz) «el contrario es de los más fuertes de los que participan en este simpático torneo».
La expectación que se vivía en Lumbier, en vísperas de este importante encuentro, era enorme. También en la capital emanó la ilusión entre los seguidores del C.A. La Navarra, que se desplazaron en masa hasta Lumbier en el tren “Irati”.
El partido estaba programado para el día ocho y el Ilumberri seguía haciendo gestiones para poder disponer de todas sus figuras, en especial de José Mª Gómez y de Félix Purroy, que volvían al equipo. Las crónicas calificaban a Gómez como “un notable guardameta” y a Félix como “El gran Purroy, el que hace doblar el entusiasmo, tanto a público, como a jugadores. Con él la línea delantera tiene lo que hace falta, un chutador en el centro».
El encuentro se disputó ante muchísimo público y resultó muy reñido por lo ajustado del marcador. Ganó el Ilumberri por dos a uno. Los locales, con goles de Meca y Purroy, se adelantarían en el marcador pero a falta de cinco minutos el C.A. La Navarra recortó distancias y aún pudo empatar ya que le anularon otro gol. A pesar de los apuros finales, el Ilumberri jugó bien y dominó el partido. Dos seguidores del equipo contrario reconocieron en el periódico la superioridad lumbierina y calificaron al Ilumberri como “el más fuerte del actual torneo”.
Partido de vuelta en Pamplona. Para jugar el partido de vuelta se anunciarían tres campos distintos, lo que provocaría gran confusión y desconfianza en el seno del club lumbierino. En un primer momento el lugar elegido fue el campo de San Juan de Osasuna, después el campo de Burlada y por último, el mismo día del partido, La Navarra señaló el Stadium Militar como el lugar elegido.
Sorprendió la decisión ya que el campo se encontraba en unas condiciones pésimas. Había llovido mucho y el terreno era de tierra. Situado donde actualmente se encuentra el “Baluarte” carecía de vestuarios y de barrera de separación entre público y jugadores. No obstante, los jugadores lumbierinos contaron con un vestuario en el colegio de los Maristas situado en la calle Navas de Tolosa, muy cerca del campo. “Los bravos equipiers lumbierinos pudieron disponer de un departamento con sus grifos para que allí se lavaran bien y cómodamente, de todo el barro que se formó en el partido”, se puede leer en un artículo publicado en la Voz de Navarra el 19 de enero de 1928 donde el pueblo de Lumbier agradecía el gesto de los HH Maristas.
Este fue el primer partido de la historia disputado por el C.D. Ilumberri en la capital navarra y que acabaría ganando con claridad por dos goles a cero. Esta victoria conseguida en aquella laguna, donde resultaba imposible jugar al fútbol, le dio el pase a la deseada final.
Jugar en el campo de San Juan eran palabras mayores. Pisar el césped del estadio de Osasuna imponía a los jugadores lumbierinos, unos futbolistas que en su mayoría tan solo habían disputado partidos en las localidades de su distrito de Aoiz.
Expectación ante la final. Lumbier vivía con gran ilusión estos días previos a la final, era la primera vez que alcanzaba la posibilidad de alzarse con un trofeo de tanta trascendencia. Era tal la cantidad de aficionados que querían acudir a Pamplona para animar a sus jugadores que se tuvo que preparar un tren especial del Irati.
El propio Goyam, Mario Imízcoz, recordaba para la revista local Ilumberri el viaje en tren en el que se desplazaban los seguidores del equipo para ver la final: “ni el mal tiempo, empezaría a nevar a su paso por Mendioroz, pudo con el entusiasmo y el buen humor de los aficionados”. Fue entonces cuando sonó por primera vez la nueva canción compuesta para esa ocasión: “Dicen que van, que van, que van, al campo de San Juan……”. Entre canción y canción aquel tren especial del Irati llegó al Paseo Sarasate donde a los más de doscientos seguidores que llegaban de Lumbier, se unieron los lumbierinos residentes en la capital para marchar todos juntos al campo de San Juan con mucho humor y, sobre todo, con mucha ilusión.
La crónica. La crónica de esta final se publicó el martes día 31 tanto en el Diario de Navarra como en el Pensamiento Navarro. Ese día faltó la crónica de La Voz de Navarra, pues permanecía cerrado por sanción gubernativa. Una prueba de la relevancia que había adquirido la final de este campeonato de clubs no federados es el primer lugar que ocupa entre todos los titulares deportivos de aquel día.
Lo más destacable de esta final fue que los jugadores lumbierinos comenzaron el partido sin tener botas adecuadas para jugar en un campo tan embarrado, por ello en el primer tiempo fueron dominados ampliamente, encajando un gol tras castigarlos el árbitro con un penalti muy riguroso. En el descanso, cuando iban perdiendo por uno a cero, se dedicaron a adaptar las botas con la ayuda del propio conserje de Osasuna, según recordaba el propio Imízcoz. Ya con tacos, nada más comenzar el segundo tiempo le dieron vuelta al marcador con tres fabulosos goles.
Un momento decisivo se vivió cuando el árbitro pitó un penalti en contra del Ilumberri y expulsó muy rigurosamente a nuestro guardameta José Mª Gómez. Fue entonces cuando surgió la figura del polifacético Jacinto Meca que se puso de portero y paró el penalti.
De ahí hasta el final el Ilumberri se defendió bien y controló al rival. Ya no se movió el marcador, ganando el partido por tres a uno y proclamándose campeón del torneo.
Campeón de Navarra. Al final del partido y en el mismo campo le fue entregada la copa de campeón al presidente Tirso Seriola y con ella, de nuevo en el tren, hicieron la vuelta al pueblo los jugadores y aficionados cantando una y otra vez la famosa canción que quedaría para siempre en la historia de nuestro Club unida a aquella gesta deportiva: Ilumberri cuando era vasco, todos comían Irasko, ahora que es campeón, todos comen txilindrón, dicen que van, que van, que van,….
El diploma de campeón se recogió después del partido en la sede del U.C. Pamplonés, cuando la expedición ya había salido para Lumbier. Se encargaron de recogerlo Ignacio Blasco y José Bezunartea.
El recibimiento en Lumbier. Según seguía recordando Mario Imízcoz en su colaboración para la revista Ilumberri: «El recibimiento que se dispensó al equipo fue apoteósico, pues todo el pueblo, con las autoridades y la banda de música, salió a recibirnos en medio del mayor entusiasmo”.
Los elogios de la prensa y las felicitaciones de instituciones y del resto de equipos fueron muchas. El triunfo lumbierino fue muy comentado en la capital y tuvo una gran repercusión a nivel provincial.
Celebración oficial. El pueblo de Lumbier, muy orgulloso del éxito deportivo conseguido, decidió festejarlo por todo lo alto. La celebración se hizo el domingo 5 de febrero de 1928 y el primer acto organizado fue jugar un partido de fútbol contra el Luchana de Pamplona.
Los actos comenzaron a las tres de la tarde cuando los pamploneses llegaron a Lumbier en un magnífico autocar. La recepción a los pamploneses estuvo muy animada y se realizó en los locales del Club, Café-Bar Rebolé. Tras el saludo, todos juntos marcharon hacia el Lardín, que estaba repleto de público esperando el acontecimiento. Ganó el Ilumberri por cinco a tres.
Después del partido hubo baile. La Banda Municipal dirigida por Luis Taberna, famoso y destacado organista a nivel nacional y también jugador del Ilumberri, “ejecutó una colección de bailables que se aprovecharon de lo lindo”.
Más tarde se celebró el banquete popular en las escuelas servido por don Pedro Rebolé, el cual también obtuvo un triunfo culinario. Asistieron los jugadores, aficionados y autoridades locales encabezados por el alcalde Narciso Ripa.
Tras los postres el presidente Tirso Seriola leyó varias de las numerosas felicitaciones recibidas por el triunfo, incluida una muy simpática de unas jóvenes de Aibar.
Después se atrevió a leer unos simpáticos versos compuestos para la ocasión:
Con entremeses variados
y arroz a la valenciana también con cordero asado tras merluza rebozada, postres la mar de variados y vinos ilumberritanos. Echamos tras una otra cava por los partidos ganados en lucha muy noble y franca de los clubs no federados en el fútbol de Navarra Café, licor y cigarros alegren hoy nuestras almas |
y por el once tan bravo
que ha luchado estas semanas de expansión fuerte y lozana. Todo el entusiasmo de hoy así como vuestros goles sirvan para decir “voy p’alante con los faroles” No hay que dormirse en las pajas hay que luchar esforzados y con clubs ya federados que quieran contarnos bajas en los triunfos delirantes de tardes la mar de majas |
Y que mañana, como antes,
podamos decir: “naranjas de la china” a los desplantes de clubs que quieran luchar en campos de otra región con el once sin igual declarado campeón Navarra siempre p’alante dijo Larregla en su jota, Ilumberri que es su patria repite la misma nota ¡Viva Ilumberri! |
Finalmente, Goyam, cronista del Diario de Navarra, señalaba: “hubo un sin número de brindis, todos ellos llenos de amor hacía el Ilumberri,…”. El temple duró hasta altas horas de la noche, donde aún se podían oír por las calles : «Alirón, Alirón, Ilumberri es campeón».
En el mes de marzo de 1928 el Ilumberri jugaría dos encuentros amistosos contra el Acero F.C. a propuesta de los de Olite, equipo campeón de su distrito en el reciente campeonato de Clubs no Federados. El Ilumberri perdería por dos a uno en Olite y ganaría por 5 a 0 en el Lardín. Fue considerado como un reto al campeón para conocer el nivel futbolístico de los olitenses.
Por otro lado, en enero de este mismo año, en una reunión celebrada en el Café Iruña de Pamplona, varios clubs de la provincia habían aprobado crear la Federación Navarra de Fútbol para fomentar este deporte a nivel de Navarra organizando distintos campeonatos.
Para poder comenzar las competiciones primero tenían que establecer la categoría de cada club. Para ello organizaron un campeonato llamado “Torneo Pro-Federación Navarra de Fútlbol”. En función del resultado que obtuviera cada equipo le asignarían una categoría u otra. La organización corrió a cargo de un Comité presidido por Jesús Monzón del Indarra, siendo Pablo Archanco de Osasuna su vicepresidente, elegidos el 8 de enero en la ya citada reunión.
Este torneo se jugaría por eliminatorias distribuyendo todos los equipos en tres distritos compuestos por cuatro equipos cada uno: Pamplona, Ribera y Aoiz.
Por el distrito Aoiz jugarían las semifinales: C.D. Ilumberri – Peña Sport de Sanguesa y C.D. Aoiz – C.D. Aibarés. Pasarían a la final el C.D. Ilumberri y C.D. Aoiz, que se jugarían el título de campeón del distrito en el estadio de San Juan.
Final del Torneo Pro-Federación. El 22 de abril de 1928, tres meses después de la final del campeonato navarro de clubs no federados, el Ilumberri volvía a jugar otra final en el mismo estadio de San Juan.
Nuevamente, al igual que sucedió en la anterior, el público, árbitros y contendientes tuvieron que soportar un tiempo invernal. Si el mal tiempo restó espectadores de la capital, no fue obstáculo para los aficionados agoitzkos y lumbierinos que se acercaron en masa al campo de San Juan, llegados a la capital en trenes especiales del Irati fletados para el acontecimiento.
Triunfo de Ilumberri. El partido resultó muy igualado. Cuando apenas quedaban tres minutos para el final el marcador mostraba empate a un tanto y en ese momento fue cuando el Ilumberri marcaría el gol del triunfo. La prensa lo describía así: «al lanzar Romeo, estupendamente, desde muy lejos, un golpe franco que entró en la red como una exhalación». Este nuevo jugador fue una de las novedades en el once lumbierino de aquella tarde. Parece ser, por una carta que envió a Tirso, que tenía parientes en Lumbier. Esa misma temporada acabaría jugando en Osasuna.
El último partido juntos. Este sería el último partido que jugarían juntos estos cuatro famosos jugadores de la canción: “….. con Erro, Labiano, Meca y Olazarán…..”