CANTERA

La cantera, que ya había empezado a compartir equipos con otros pueblos, se mostraba muy saludable gracias principalmente a Luis Guindano que hacía ya años que se encargaba de coordinar esta área. Él fue uno de los impulsores de compartir equipos de fútbol con otras localidades, medida muy acertada para poder mantener la cantera en casi todas sus categorías.

En fútbol, el equipo Cadete lo hizo muy bien, clasificándose octavo de un total de 16 equipos. En la Copa logró quedarse primero en la liguilla previa a las eliminatorias.

En fútbol sala destacó el equipo infantil, se acercaba una buena hornada. Esta temporada se clasificó primero en las dos primeras fases y segundo en la liguilla de campeones, un resultado espectacular para un club tan modesto. Esto llenó de orgullo a todo el Club: directivos, coordinadores, padres, aficionados y a todo el pueblo en general.

Los alevines también mostraron buenas maneras, clasificándose en mitad de la tabla en cada una de las dos fases. Los benjamines, que este año habían comenzado a competir, también se mostraron competitivos, clasificándose en los puestos templados de la liga.

El Ilumberri siguió apostando por la cantera apoyado por los coordinadores y los padres de los pequeños. Esta apuesta fue en realidad una necesidad ya que el Club la necesitaba para formar a los jóvenes y mantener los equipos de campo.

PROMESAS

Tras el ascenso a primera regional a la junta directiva se le planteó la disyuntiva de mantener el equipo juvenil o sacar uno senior para competir en tercera regional con el fin de que pudieran seguir jugando jóvenes con proyección que ya habían acabado su etapa juvenil. Al final optó acertadamente por esta segunda opción.

La cantera estaba funcionando, salían jóvenes muy buenos pero aún no estaban suficientemente formados como para competir en la máxima categoría regional, por ello optaron por esta fórmula. Este segundo equipo de regional se mantuvo durante muchos años en activo y fue el vivero de muchos de los futuros éxitos del Club.

En este primer año salieron varios jugadores de mucha calidad. Una nota del Norte Deportivo señalaba lo siguiente:

Tres juveniles del Ilumberri

También Lumbier se ocupa de promocionar el fútbol pequeño: Irurozqui, extremo izquierdo, Ozcoidi, defensa central, y García III, medio volante, son tres juveniles que vienen pegando fuerte, el primero ya estuvo probando por el Promesas el día del Pilar y ha debutado con el equipo grande de su pueblo.

Además de estos, sobresalían Manolo Iturbide, un extraordinario central que ya alternaba partidos con el primer equipo, Ramón Iturbide, Jesús Zazpe, Patxi Ozcoidi, Jesús Domeño, y otros que después serían puntales del primer equipo.

La temporada fue muy irregular. Le costó coger el aire a la categoría, en los primeros cinco partidos sólo sacó tres puntos. Los siguientes, hasta terminar la primera vuelta los ganó casi todos (5 de 6) y fue el mejor momento de la liga. La segunda vuelta resultó desastrosa, sólo sacó dos puntos, quedando en octava posición en una liga de 12.

Después jugó la copa de primavera y en esta competición se destapó definitivamente. Inicialmente lo encuadraron en un grupo formados por tres equipos de superior categoría (Aurrerá, Aibarés y Casedano) y otros dos de su misma categoría (Urralongui y Sanguesa Pr.).

Los partidos resultaron muy buenos y tuvieron mucho seguimiento. La desilusión de la afición generada con la mala evolución del primer equipo se sustituyó por la esperanza que transmitía este joven equipo. Al final quedó primero empatado a puntos con el Beti Casedano logrando el pase a la siguiente ronda por mejor golaveraje particular.

En el sorteo de octavos de final nos tocó el Murillo, un equipo de la parte baja de Segunda Regional que se había quedado campeón de grupo en la copa.

El partido de ida se jugó en Murillo del Fruto y empató a uno. En la vuelta el Promesas venció por uno a cero tras un vibrante partido, ganando la eliminatoria.

En cuartos de final se emparejó con el Noain, un equipo cabecero de tercera regional, con el que finalmente cayó eliminado.

Lo visto, vivido y disfrutado con este grupo de jóvenes dejaba un reguero de ilusiones y esperanzas de cara al futuro.

SENIOR

Tras el ascenso a la máxima categoría regional, el Club, los aficionados y Lumbier en general volvieron a experimentar aquellas alegrías llenas de euforia que se vivieron con los primeros éxitos del Ilumberri, impregnando de animación todos los ámbitos del pueblo.

La temporada se presentaba muy atractiva. Por un lado se pretendía conmemorar el 50ª aniversario del Club y por otra competir en Primera regional con todos los equipos punteros de Navarra y La Rioja.

Por fin llegó el esperado día de la presentación, el 25 de julio. El Ilumberri jugó par la mañana un partido amistoso contra el Egüés, equipo que por aquel entonces jugaba en el Trofeo Boscos. Por la tarde se celebró la tradicional y animada merienda en “La Central”. El menú, como siempre, ensalada de lechuga y tomate, cordero al chilindrón y de postre vino con frutas, todo ello regado con tinto y clarete de Lumbier. Allí se reunía todo el Club, directivos, jugadores, socios y aficionados en general. Cada uno pagaba su merienda. Después se juntaban en grupos y disfrutaban de la misma. Al finalizar la Banda de Música Municipal interpretaba unos cuantos bailables y finalmente se subía en pasacalles al son de aquella famosa copla “dicen que van, que van que van,…..”. El final de fiesta resultaba apoteósico por una calle Mayor muy animada.

El Ilumberri tenía que reforzarse bien para poder afrontar la temporada con garantías. Primero contrató a un entrenador contrastado en la categoría, Isidro Diez. Tras él comenzaron los entrenamientos y las pruebas. Se habló de fichar a Alberto, un potente delantero centro que jugaba en el Alesves. También se rumoreó de Eguaras, un veterano jugador del Oberena muy curtido en la tercera división. Intentaron fichar a Zaratiegui de Sangüesa, que se había retirado del fútbol. J.Lizarraga, de Urroz, tradicional jugador del Ilumberri, comenzó la pretemporada con el equipo pero finalmente ficharía por el Pamplona.

En cambio llegaron Aldunate de Aibar, que trabajaba en la Fábrica de Rius, Ocaña de Pamplona que había jugado en el Alsasua y Fermín Villanueva de Zubiri (portero cedido por Osasuna). Este último no rindió como se esperaba y fue sustituido a mitad de temporada por Aldaz, un portero con experiencia en la categoría procedente del Burladés. Pero el fichaje estrella fue, sin duda, Isidro Arizcuren, un veterano centro campista que había jugado en el Chantrea y en el Mirandés, siempre en tercera división, un buen jugador muy unido al entrenador.

Avanzada la temporada, cuando se empezó a complicar la clasificación, ficharon a un delantero, Echeverría, que no convenció y sólo jugó dos partidos. Tras él ficharon a Garralda, un joven delantero de Sangüesa que por discrepancias con su equipo había dejado el club “pollino”. Por último llegó Juan Antonio Izurdiaga de Pamplona.

Estos refuerzos y los ya tradicionales Eransus, Lugea y Braco fueron los que acompañaron a los jóvenes de Lumbier Orzanco, Balda, Iturbide, Burguete, P.Alzueta, Juanto, García, Jimeno, Irurozqui, Pérez, R.Alzueta, Subiza, …. a afrontar esta apasionante pero difícil temporada.

Este año el C.D. Ilumberri cumplía su cincuenta aniversario desde su creación y el Club había decidido celebrarlo por todo lo alto.

En la preparación de la temporada habían previsto invitar a un Club puntero para jugar un partido amistoso en el Lardín antes comenzar la liga y así conmemorar varias cosas a la vez.

Por un lado, lo más importante, conmemorar las Bodas de Oro del club y por otro celebrar el ascenso a Primera Regional, un logro tremendamente importante para un club modesto como el de Lumbier. Por último, también se quería festejar las obras de acondicionamiento del campo que se habían realizado para poder seguir compitiendo en las ligas federadas.

Primero se pensó en el C.A. Osasuna, equipo de referencia de nuestra provincia, que en aquella temporada iba a militar en Segunda División, perdiendo la categoría al finalizar la misma. Así el 28 de Julio se le remitió una invitación para jugar un partido amistoso en el Lardín con el fin de conmemorar tan destacada efemérides. El club pamplonés contestó que no podía atender la misma porque para la fecha propuesta ya tenía compromisos adquiridos con anterioridad.

La Directiva, muy dinámica, no se dio por vencida y contempló la posibilidad de jugar un partido amistoso el 1 de noviembre contra la Real Sociedad, equipo de Primera División. Para ello le remitió una invitación al club donostiarra señalándole que en el caso de que ésta no pudiera desplazarse se darían por satisfechos si lo hiciera su filial, el Sanse.

La respuesta, de nuevo, fue frustrante ya que éste respondió que en esa fecha ninguno de los dos equipos estaba disponible para poder viajar hasta nuestra localidad, por lo que finalmente no se pudo jugar ningún partido conmemorativo. Una pena.

El Norte Deportivo, periódico provincial especializado en el deporte navarro y que se editaba todos los lunes, el 8 de agosto publicó un extenso reportaje dedicado al Club conmemorando su 50ª aniversario.

En él se reflejaban las entrevistas realizadas al Presidente, entrenador, capitán del equipo y algunos jugadores destacados, además de contar de una forma escueta la historia del Club.

José Irurozqui dejaba la presidencia y le relevaba Juanjo Goyeneche, un joven lumbierino muy ilusionado con el proyecto que hasta entonces había desarrollado la labor de vicepresidente.

Todos ellos coincidían en las muchas dificultades que se iban a plantear esta temporada, que la Directiva no quería subir pero que la ilusión de los jugadores y la presión de los socios les hizo tomar esta decisión.