En este año destacan los primeros partidos jugados por el C.D. Ilumberri, la necesidad de conseguir un campo de fútbol, la inauguración del Lardín y el primer campeonato que jugó, la Copa Bayugar.
PRIMEROS PARTIDOS
En 1924, una vez creado el Club, los jóvenes comenzaron a aprender a jugar correctamente y a entrenarse como equipo. El lugar elegido fue las eras donde se celebraban las antiguas ferias de ganado, actualmente las “eras del Pilar” y el instructor o entrenador, Pancho Purroy, un joven lumbierino que estudiaba en Lecároz, donde ya se jugaba al foot-ball. Conocía perfectamente las normas del juego y lo practicaba aún mejor.
La Junta Directiva, con la aportación inicial de los socios, solicitó a una tienda de Zaragoza la confección de una equipación. Una vez recibida en Lumbier, los jugadores incrementaron los deseos de medir sus fuerzas con alguno de los equipos de la zona que ya venían practicando el Foot-ball: Liédena, Sanguesa, etc.. y, junto con los socios, presionaron a los directivos para que concertaran un partido cuanto antes.
Todos estos datos históricos fueron facilitados a la revista local ILUMBERRI en febrero de 1968 por Benigno Ayerra Redin fundador, directivo, jugador y corresponsal de los partidos del Club bajo el seudónimo de RAYEA. Otro de los colaboradores fue Mario Imízcoz, también jugador del Ilumberri y corresponsal bajo el seudónimo de GOYAM.
La fecha del primer partido fue el 9 de marzo de 1924 en Liédena, contra el Club Aurrera de dicha localidad. Los entusiastas jugadores lumbierinos y su afición marcharon a pie hasta el vecino pueblo por el camino de la Foz para disputar el partido.
El Ilumberri no pudo comenzar con mejor pie su andadura por este deporte ya que resultó vencedor por cuatro “goals” a cero. Este primer encuentro se jugó con deportividad por parte de los dos equipos y con un buen ambiente de fraternidad entre las aficiones situadas y mezcladas en las bandas. Estos primeros partidos tenían el objetivo de entretener a sus vecinos y fomentar la amistad entre los pueblos de la comarca.
El Aurrerá ya llevaba tiempo jugando partidos y para éste presentó un buen equipo, realizando un bonito encuentro. Sin embargo, no pudieron con la eficacia y la buena defensa del novel equipo lumbierino.
Por lo visto en el terreno de juego, el resultado no les dejó satisfechos y sin tardanza se dirigieron por carta a los de Lumbier proponiéndoles disputar un nuevo “match” el fin de semana siguiente. El Ilumberri accedió a jugar pero como aún no disponía de un campo propio acordaron disputarlo de nuevo en el de Liédena. En este segundo encuentro el Ilumberri volvió a ganar por dos goles a cero en un partido bronco en el que ambos equipos se quejaban del juego duro empleado.
Finalmente, la controversia acabó ahí con una invitación: “Para terminar, les diremos a nuestros amigos y vecinos de Lumbier que al comenzar a cultivar el deporte este grupo de entusiastas, que se ocultan tras el nombre de “Aurrera”, han tenido como principal punto de mira el crear una corriente de relaciones amistosas entre Liédena y sus vecinos. ¿os gusta la idea, compañeros del “Ilumberri”?……. Así lo creemos, y en tal supuesto, os tendemos la mano de “verdaderos amigos”. Diario de Navarra 28 de marzo de 1924.
En esta época la mayoría de los periódicos provinciales publicaban las crónicas por lo que existe constancia escrita de muchos de los partidos. También el Secretario de la Junta redactaba y guardaba unos resúmenes de los partidos detallando la fecha, el campo de fútbol donde se jugó el encuentro, la alineación del Ilumberri, el resultado y el árbitro, documentos que han servido para conocer mejor la historia del Club en estos primeros años.
CAMPO DE FUTBOL
En noviembre de 1923, recién constituido el Club, su Junta Directiva remitió un escrito al Alcalde del Ayuntamiento de Lumbier solicitando que les autorizasen marcar un campo de futbol reglamentario (100 x 55) en un terreno comunal del “Soto de Miranda”, solicitud que el Ayuntamiento aprobó. Aquí comenzaron a entrenar nuestros jóvenes pero pronto observaron que el término estaba demasiado lejos del pueblo y las condiciones en que se encontraba el terreno no permitía destinarse a este fin.
Por ello, el 13 de marzo de 1924, remiten una nueva solicitud al Ayuntamiento señalando que el Club necesita tener un terreno de juego reglamentario para poder promocionar este deporte entre los jóvenes y distraer a los vecinos, pero no tiene fondos ni para comprar, ni para alquilar un terreno, por lo que solicitan “….se digne a proporcionar a este club, a la mayor brevedad posible un campo en las proximidades de la localidad, que reúna buenas condiciones, bien sea del común de este municipio, bien de propiedad particular, que al efecto sea cogido en arriendo, por cuenta del municipio que V.S. tiene el honor de representar. Si por cualquier motivo no le fuese a V.S. posible proporcionar el campo, este Club quedaría altamente agradecido de que por esa Corporación se asignara de los fondos municipales una cantidad para que con ella y con la reducida suma que cuenta esta sociedad, se encargue ésta de proporcionar el campo de referencia”.
Un buen relato es el que nos dejó el propio Benigno Ayerra (Rayea) en 1969 en la revista ILUMBERRI: “No fue fácil la tarea de encontrar unos terrenos aptos, próximos y asequibles a los menguados recursos del Club. En nuestras pesquisas en dos kilómetros a la redonda, nada se dejó por recorrer e indagar: Miranda parecía demasiado lejos, el Prado estaba parcelado y repartido, las Riecas, aunque largas, demasiado estrechas, y vijués o val demasiado “altos”….. Por fin, fue Tirso, el “Mago del Club”, quien dio en la diana, hallando un terreno ideal en Lardín, completamente llano, no demasiado lejos, y mediante una modestísima renta anual.
Inicialmente, la respuesta del Ayuntamiento, presidido por Plácido Bayúgar, fue la de aprobar una subvención equivalente a la mitad del coste del arriendo de los terrenos. Tras ello, la Junta Directiva y los entusiastas socios comenzaron las obras de acondicionamiento de los terrenos y los accesos para poder empezar a jugar en él lo antes posible.
Posteriormente, su presidente, Tirso Seriola, remitió una nueva instancia al Ayuntamiento solicitando una subvención para sufragar los gastos incurridos en la adecuación de los terrenos. La factura presentada ascendía a 404,50 pesetas, sin embargo el Ayuntamiento acordó subvencionar con 150 pesetas.
Los terrenos del actual campo de fútbol del Lardín fueron adquiridos más tarde por el Ayuntamiento, actual propietario de los mismos, a: Doña María Dolores Menéndez-Baizán Calatayud, Marquesa de Jaureguizar, D. Ramón Artozqui Turrillas y D. Ignacio Labairu Beorlegui.
INAGURACION DEL LARDIN
Una vez que eligieron y alquilaron los terrenos para hacer el campo de fútbol, los directivos, socios, jugadores y simpatizantes se pusieron manos a la obra para mejorar los accesos y adecuar cuanto antes el terreno para poder jugar al fútbol, instalando las porterías y marcando las líneas.
Por fin llegó el tan ansiado momento y el 13 de Abril de 1924 el C.D. Ilumberri inauguró su campo de fútbol, el Lardín. Para celebrarlo concertó un partido con el Club Deportivo Beti Aurrerá de Sangüesa.
El recibimiento. La celebración fue una auténtica fiesta, los jugadores sangüesinos llegaron a las dos y media a Lumbier y fueron recibidos con cohetes. Tras la recepción, todos los jugadores y las dos aficiones se dirigieron al nuevo campo de fútbol que presentaba un aspecto imponente. El terreno estaba muy bien cuidado, las porterías relucían pintadas de blanco y rojo, las líneas que delimitaban las áreas y el campo destacaban por su blancura, las bandas estaban separadas del campo de juego por unas barras de hierro unidas por unas cuerdas y se habían habilitado unas pequeñas gradas para parte del público y autoridades, todo ello adornado por varias banderitas nacionales.
Antes de comenzar el partido el Párroco de Lumbier, D. José Iturria, bendijo el campo de fútbol y momentos después el alcalde, Plácido Bayugar, efectuó el saque de honor.
El partido. Comenzó atacando el Ilumberri que dispuso de alguna ocasión de gol fallada por su fenomenal delantero centro Félix Purroy. La tónica del primer tiempo fue ésta hasta que un buen centro de Jerónimo Oyaga es rematado por Félix Purroy, “El Chatillo”, que tendría el honor de marcar el primer gol en el campo del Lardín, gol que serviría para obtener el C.D. Ilumberri el primer triunfo en su campo.
Benigno Ayerra lo recordaba así en 1969 en la revista Ilumberri: “Oyaga echa un pase adelantado que lo recoge Purroy, chuta fuerte e introduce el balón por el ángulo izquierdo de la puerta, lográndose con este único gol la victoria del Ilumberri”.
La segunda parte fue distinta, El Beti Aurrera jugaba combinando más el balón mientras que los de Lumbier lo hacían de forma más individualizada, esto hizo que dominaran más el partido pero les condenó la falta de acierto en el remate. Con el uno a cero terminó el partido en un ambiente de grata camaradería y amistad.
La revancha. Dos semanas después se celebraría la revancha en Sangüesa terminando el partido con empate a dos tantos. Al igual que lo que sucedió en Lumbier, los jugadores del Ilumberri fueron recibidos por todo lo alto. El partido, aunque estuvo muy reñido en el juego, se disputó muy deportivamente y las aficiones se comportaron fenomenalmente. Al término de la confrontación lo celebraron con un baile, tras el cual, a su regreso, fueron despedidos muy efusivamente.
LA COPA BAYUGAR
Tras repetir la experiencia de desafiar al Aoiz F.C. con gran éxito (1-1 en Lumbier y 1-2 en Aoiz), el 31 de agosto de 1924 – para celebrar las fiestas de San Ramón- se concertó en el Lardín un nuevo partido contra el Lagun Artea de Pamplona, equipo de superior categoría que competía como federado en Guipúzcoa. El Ilumberri perdió por cero a tres, pero resultó una buena experiencia de cara a mejorar su rendimiento para futuros compromisos.
La copa Bayúgar. El éxito de este deporte iba calando en la población. Los aficionados querían disfrutar con más frecuencia de estas confrontaciones. Las fiestas que se organizaban en torno a los partidos habían cambiado la forma de disfrutar del ocio dominguero. Las directivas y los jugadores también estaban deseosos de medir con más regularidad sus fuerzas, por ello, a instancias del entusiasmado Club lumbierino se organizó un campeonato entre varios pueblos de la comarca: Sangüesa, Liédena, Lumbier y Aoiz.
El premio, una bonita copa para el campeón y once medallas de plata para el finalista, lo donó el entusiasta aficionado Plácido Bayúgar, alcalde de Lumbier por aquellas fechas. Además, el primer clasificado se adjudicaría el título de campeón del distrito comarcal de Aoiz.
La competición se desarrollaría por eliminatorias. En semifinales, jugadas en noviembre de 1924, el Ilumberri eliminaría al Aoiz F.C: dos a uno en Lumbier y cero a cero en Aoiz. En la otra semifinal el Aurrerá de Liédena eliminaría al Beti Aurrera de Sangüesa, que ganaría cero a uno en Sangüesa y tres a cero en Liédena.
El Ilumberri y el Aurrerá de Liédena se volvían a ver las caras, esta vez en un partido final de campeonato y, de nuevo, resultaría triunfador el equipo lumbierino. En el Lardín el equipo local, que dominó ampliamente el partido, venció por dos goles a cero y en Liédena supo defender bien su ventaja terminando el encuentro con empate a cero.
Recibimiento al campeón. El regreso al pueblo fue espectacular. Así lo recordaba Mario Imízcoz en la revista Ilumberri: “El recibimiento que se tributó a los jugadores, a su regreso a Lumbier, fue apoteósico. Todo el pueblo, con las autoridades y la banda de música a la cabeza, salieron a recibirlos, organizándose un desfile por la calle mayor, lleno de alegría, alegría que se prolongó hasta bien entrada la noche”……….
La polémica. Inicialmente todos le reconocieron como ganador pero tres meses más tarde los de Liédena se atribuyeron el triunfo argumentando que el Ilumberri había alineado indebidamente a “Pancho Purroy”, futbolista que, según ellos, no podía jugar por estar compitiendo como federado con el C.A. Osasuna.
En las bases del campeonato sólo se requería presentar, antes de iniciar la competición, la lista de jugadores que iban a tomar parte y en ella estaba relacionado Pancho Purroy.
Tras una gran polémica reflejada en los periódicos provinciales, los de Liédena insistían en que tenían un documento que les daba la razón. El Ilumberri les invitó a publicarlo pero el Aurrerá se negó. Finalmente intervino el propio Director del Diario de Navarra señalando que daba por finalizada la polémica y que sólo publicaría el famoso documento si los de Liédena se decidían a hacerlo. Nunca lo hemos visto publicado.