El fútbol fue introducido en nuestro país por los ingleses. Los trabajadores de las minas de Rio Tinto en Huelva fueron los primeros en mostrarnos este nuevo juego a finales del siglo XIX, expandiéndose rápidamente por todas las provincias a principios del siglo XX. En Navarra tenemos muchas referencias de ello. Lumbier no fue ajeno a este movimiento deportivo. En 1916 el Diario de Navarra ya se hacía eco de que en Lumbier, por el verano, los estudiantes jugaban con furor al fútbol y anunciaban la posibilidad de crear un equipo.
El interés que había despertado la práctica de este nuevo deporte entre los jóvenes del pueblo requería la creación de una asociación o un club que gestionara y coordinara todos los elementos necesarios para poder promocionar con eficacia el fútbol en Lumbier. Se necesitaba una sede, un campo de juego, balones, indumentaria, etc… si se quería dar el salto y competir con nuestros pueblos vecinos y con los de la capital.
Una de las personas que con mayor entusiasmo acogió la idea de organizar el Club fue Tirso Seriola. En la rebotica de la farmacia que regentaba su padre en la calle Mayor, el mismo lugar donde hoy está la farmacia de Alfonso Obispo, fue el sitio en el cual se concentraban los apasionados futbolistas locales para tratar de estos temas y donde tuvo lugar la fundación. Ocurrió el 22 de noviembre de 1923 y decidieron llamarle Club Deportivo Ilumberri, nombre de Lumbier en euskera.
También acordaron la admisión de socios y cuotas a pagar, así como la formación de la primera Junta Directiva que habría de regir el Club, la cual estuvo compuesta por Tirso Seriola (presidente), Benigno Ayerra (secretario y tesorero) y Jacinto Lampreave y Pancho Purroy (vocales).
La idea inicial del club era promocionar en la localidad la práctica de los deportes en general, de ahí su denominación de “club deportivo”. Con ello se pretendía distraer y divertir a los vecinos del pueblo y a los forasteros que nos visitaran en ferias y fiestas, a la vez que fomentar entre los jóvenes la práctica a los distintos deportes que el club tenía en proyecto organizar.
Inicialmente los deportes promocionados serían el fútbol, pelota, carreras pedestres y ciclismo, los que en aquella época se podían practicar en una zona rural como Lumbier.
Hasta esta época los deportes en general se practicaban de manera individual pero con la llegada del fútbol cambió el concepto. Sus normas requerían la participación colectiva de muchos jugadores y para ello se necesitaba organización y coordinación, lo que obligó a la creación de los clubs y comenzar a gestionar la práctica de los deportes a través del asociacionismo.
Los primeros socios fueron los propios jugadores y su Junta Directiva, a los que después se les unieron varios aficionados locales. Todos ellos pagaron dos pesetas de cuota de entrada y un compromiso de pago de una peseta al mes.